top of page

¿Cuál es el papel del liderazgo en la gestión de riesgos de terceros?

  • Foto del escritor: Aline Silva | PhishX
    Aline Silva | PhishX
  • 6 jun
  • 6 Min. de lectura

¿Cuál es el papel de un líder? Podemos decir que no solo sirven para tomar decisiones, sino para establecer prioridades, influir en los comportamientos y dirigir la cultura de toda la organización.


Por lo tanto, cuando se trata de la gestión de riesgos de terceros, este papel se vuelve aún más crítico y especial para estos profesionales.


Al fin y al cabo, en un escenario en el que las organizaciones operan de forma cada vez más conectada con socios, proveedores y prestadores de servicios, los riesgos externos pueden convertirse en vulnerabilidades internas de gran impacto.


Esto se debe a que no basta con confiar solo en contratos o evaluaciones puntuales, es necesario que el liderazgo se involucre activamente, promoviendo una visión estratégica, preventiva e integrada de la gestión de riesgos.


En este artículo, comprenderás por qué el compromiso del liderazgo es un factor determinante para proteger a la organización contra las amenazas y cómo es posible transformar este rendimiento en una ventaja competitiva.


¿Qué son los riesgos de terceros?


El riesgo de terceros es un tema que ha cobrado relevancia gracias a la hiper conectividad entre organizaciones, debido a que se refiere a las amenazas a las que se enfrenta una institución al relacionarse con:


  • Proveedores;

  • Proveedores de servicios;

  • Socios comerciales;

  • Consultores externos.


Como resultado, cualquier entidad que, de alguna manera, tenga acceso a los sistemas, datos, procesos o infraestructura de la empresa puede representar un punto de vulnerabilidad.


En un entorno corporativo cada vez más digital e interconectado, estos riesgos se vuelven inevitables y, a menudo, invisibles a primera vista, por lo que son tan peligrosos para las organizaciones.


Esto se debe a que estos riesgos pueden tomar diferentes formas, como la fuga de datos confidenciales por parte de una empresa externa, fallas de cumplimiento normativo o incluso interrupciones operativas causadas por los proveedores.


El gran reto de estos riesgos radica en que, aun cuando la amenaza no se origine dentro de la organización, es la organización la que soporta las consecuencias, ya sea ante los clientes, el mercado o los organismos reguladores.

 

Datos recientes ponen de manifiesto la gravedad de este problema, un informe de SecurityScorecard reveló que el 35,5% de las violaciones de datos en 2024 involucraron a terceros, lo que representa un aumento del 6,5% con respecto al año anterior.


Además, los riesgos de terceros a menudo no se gestionan con la misma atención dedicada a la seguridad interna, ya que hay una falta de visibilidad, criterios de evaluación estandarizados y procesos de monitoreo continuos.


Esta negligencia puede abrir lagunas para ciberataques, estafas de ingeniería social o incidentes que pongan en riesgo la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información corporativa.


Por lo tanto, la gestión de riesgos de terceros debe tratarse como una parte esencial de la estrategia de seguridad de la información y el gobierno corporativo.


Es un trabajo que requiere colaboración entre diferentes áreas como la tecnología, legal, cumplimiento y, sobre todo, liderazgo. Comprender estos riesgos es el primer paso para crear mecanismos eficaces de prevención, control y respuesta.


¿Cuál es el papel de los líderes en la gestión de riesgos de terceros?


El papel del liderazgo en la gestión de riesgos debe ser estratégico, porque es crucial para la sostenibilidad de la institución.


Es necesario tener en cuenta que el papel de estos profesionales debe ir más allá de la supervisión técnica, necesitan saber reconocer y evaluar los riesgos a los que está expuesta la empresa.


Además, es necesario liderar el desarrollo de estrategias de mitigación que garanticen la continuidad del negocio en escenarios adversos, especialmente cuando se trata de riesgos que involucran a terceros.


Al fin y al cabo, en tiempos de incertidumbre y alta exposición digital, esta postura proactiva se convierte en una ventaja competitiva.


Con esto, más que predecir amenazas, los líderes preparados entienden que la gestión de riesgos no es responsabilidad exclusiva de áreas como la seguridad, el cumplimiento y el legal.


Por el contrario, es una cultura organizacional que debe construirse colectivamente y esto comienza con el ejemplo.


Un líder comprometido actúa como enlace entre las diferentes áreas de la organización, promoviendo la alineación estratégica, asegurando la visibilidad y estimulando la responsabilidad compartida.


Al fin y al cabo, las responsabilidades de seguridad deben formar parte de la vida de todos, ya que todos tratan el tema en sus rutinas sin darse cuenta.


La comunicación también se destaca como una competencia central en este proceso, porque los líderes efectivos son capaces de:


  • Transmitir claramente la importancia de identificar y reportar los riesgos;

  • Involucrar a los equipos en la definición de los planes de acción;

  • Cree canales abiertos para compartir información crítica.


Estas acciones fortalecen la resiliencia de la organización, ya que permite una visión más amplia y colaborativa de los riesgos a los que se enfrenta en el día a día.


Por último, el liderazgo debe ser ágil y adaptable, tomar decisiones informadas, rápidas y basadas en datos. De esta manera, es posible liderar con un enfoque en los riesgos y no solo en proteger a la institución.


¿Qué estrategias necesitan los líderes para fortalecer la gestión de riesgos?


Como hemos visto, los líderes juegan un papel decisivo en la forma en que las organizaciones manejan los riesgos.


Estos profesionales necesitan saber reaccionar ante las crisis, además de anticipar, educar y estructurar una cultura que permita una respuesta ágil y coordinada.


Esto se debe a que la gestión de riesgos moderna requiere que los líderes estén alineados con las buenas prácticas de seguridad, estén al tanto de los cambios regulatorios y estén preparados para tomar decisiones rápidas basadas en datos concretos.


Más que nunca, es necesario adoptar estrategias integradas que combinen una visión sistémica, la formación continua de los equipos y el uso de tecnologías que faciliten la prevención y la respuesta.


La seguridad empieza por el ejemplo


La construcción de una cultura organizacional centrada en la seguridad comienza en la parte superior, lo que significa que cuando los líderes priorizan la gestión de riesgos, esta visión se extiende por toda la organización.


De esta manera, la percepción de que la seguridad es una responsabilidad compartida, y no solo del equipo de TI y cumplimiento, crea un entorno en el que todos se sienten parte de la prevención.


El papel del liderazgo es precisamente este, definir los valores y comportamientos esperados en relación con la seguridad e integridad de las operaciones.


Esto incluye posiciones claras sobre la ética, la responsabilidad en el uso de los datos y el compromiso con las buenas prácticas.


Al incorporar este discurso en la vida diaria, los líderes ayudan a consolidar la cultura de seguridad como parte de la identidad de la empresa.


Decisión basada en datos


Para que los líderes puedan tomar decisiones efectivas frente a los riesgos, es fundamental contar con datos confiables, actualizados y accesibles. 


La ausencia de visibilidad sobre comportamientos inseguros, fallos operativos o amenazas externas limita la capacidad de respuesta y puede poner a la empresa en una posición vulnerable.


Por lo tanto, es esencial integrar herramientas de análisis y monitoreo en tiempo real, para que sea posible tener una visión clara de lo que está funcionando y dónde están los principales puntos de atención.


Los cuadros de mando e indicadores permiten identificar patrones, medir el compromiso de los equipos en las acciones de seguridad y, sobre todo, anticiparse a los riesgos antes de que se conviertan en incidentes graves.


Colaboración con equipos y terceros


Uno de los mayores desafíos es, sin duda, la gestión de riesgos de terceros, ya que los socios, proveedores y prestadores de servicios también tienen acceso a datos y sistemas internos.


En este contexto, el liderazgo necesita ampliar su visión y promover la acción colaborativa no solo dentro de la organización, sino también con sus ecosistemas externos.


Pero, ¿cómo hacer esto? Es necesario establecer canales de comunicación abiertos, alineamiento de expectativas y políticas claras con terceros.


Además, los líderes deben asegurarse de que todos, incluidos los socios externos, sean conscientes de las responsabilidades en torno a la seguridad de la información, la privacidad de los datos y la continuidad del negocio.


¿Cómo apoya PhishX el liderazgo en la gestión de riesgos?


PhishX actúa como un aliado estratégico de liderazgo en el fortalecimiento de la gestión de riesgos, ofreciendo una plataforma completa de concientización y capacitación en seguridad.


Con ella, los líderes pueden implementar campañas dirigidas a diferentes públicos, incluyendo empleados internos, equipos remotos e incluso terceros, reforzando la cultura de seguridad de forma continua y personalizada.


Este proceso ayuda a crear un entorno en el que todos comprendan su papel en la prevención de amenazas, la reducción de errores humanos y la mejora de la postura de seguridad de la organización en su conjunto.


Además, nuestro ecosistema ofrece visibilidad en tiempo real a través de paneles e informes detallados.


Esta información permite a los líderes monitorear las vulnerabilidades, evaluar el compromiso del equipo y tomar decisiones basadas en datos.


Esta capacidad de análisis facilita la definición de prioridades y la adopción de medidas correctivas con agilidad, promoviendo una gestión de riesgos más eficiente e integrada con el negocio.


Con indicadores específicos por área, perfil o nivel de madurez, el liderazgo es capaz de actuar de manera más estratégica y asertiva.


Otro diferencial es la posibilidad de simular ataques reales, como el phishing, en un entorno controlado. Estas simulaciones ayudan a poner a prueba la madurez de las personas e identificar los puntos débiles antes de que ocurra una amenaza real.


Al reunir la automatización, la inteligencia y la experiencia del usuario, PhishX convierte la gestión de riesgos en un proceso fluido.


¿Quieres saber más? Póngase en contacto con nuestros expertos, programe una conversación y transforme la gestión de riesgos de su institución.


Grupo de profesionales vestidos con traje corporativo formal, alineados uno al lado del otro, con énfasis en las piernas y la parte inferior del cuerpo.
El liderazgo juega un papel esencial en la gestión de riesgos de terceros

 
 
 

Comments


bottom of page