¿Pueden los indicadores demostrar si las campañas de concienciación están funcionando?
- Aline Silva | PhishX
- hace 5 días
- 7 Min. de lectura
Las campañas de concienciación son muy importantes para determinar la madurez de un equipo y medir sus resultados, son fundamentales para entender si las acciones están, de hecho, generando un impacto en los comportamientos.
Son estos números los que ayudan a contar la historia completa y convertir la información en algo concreto.
Es importante entender que los indicadores son herramientas valiosas, pero deben analizarse con un contexto, una estrategia y unos objetivos claros.
Una alta tasa de compromiso, por ejemplo, puede no significar un cambio real en el comportamiento si no está vinculada a una evolución en la comprensión y la respuesta de los empleados a las amenazas reales.
Pero sabemos que determinar los indicadores de rendimiento no es una tarea fácil. En este artículo, explicaremos por qué los indicadores de rendimiento son esenciales en el seguimiento de cualquier objetivo y acción de las campañas de concienciación.
¿Cuál es el reto de medir el éxito de las campañas de sensibilización?
Los indicadores o KPI son una herramienta de gestión que ayuda a las instituciones a monitorear el rendimiento de sus campañas de sensibilización, ya sea para toda la empresa o para un sector específico.
A través de los indicadores, los gerentes pueden verificar que sus campañas están en camino con la estrategia trazada.
Como resultado, comprender el impacto real de una campaña de concienciación sobre seguridad digital se ha convertido en uno de los mayores retos a los que se enfrentan las instituciones en la actualidad.
Esto se debe a que, más que llevar a cabo acciones concretas, es necesario asegurarse de que los conocimientos están siendo absorbidos y, sobre todo, puestos en práctica por parte de los empleados.
Sin embargo, medir el éxito de estas campañas requiere algo más que aplicar pruebas o comprobar cuántas personas accedieron a un contenido.
Es necesario ir más allá de los números brutos y ver qué es lo que realmente dicen sobre el comportamiento y la cultura de la organización.
Al fin y al cabo, los indicadores bien definidos permiten evaluar la evolución del conocimiento, el nivel de compromiso y la respuesta a las amenazas simuladas.
Estos datos sirven de base para la toma de decisiones estratégicas, tales como:
Ajustar el enfoque de una campaña;
Reforzar la determinación;
Identificar los grupos de riesgo.
Sin este apoyo, las acciones de concienciación pueden volverse repetitivas, genéricas e ineficaces, lo que hace que las organizaciones sean vulnerables a los ataques.
Pero para que esto ocurra de la mejor manera, es necesario interpretar los datos en profundidad y conectar los indicadores con los objetivos reales del negocio, saber que esto es lo que transforma las campañas de información en iniciativas de transformación cultural.
De lo contrario, los datos pierden valor y la seguridad sigue siendo vista como responsabilidad exclusiva del área de TI.
¿Cuál es el papel de los indicadores en las campañas de sensibilización?
Medir el éxito de las campañas de concienciación sobre seguridad digital es una tarea más compleja de lo que parece.
Aunque muchas organizaciones ya entienden la importancia de invertir en acciones educativas, no siempre hay claridad sobre cómo evaluar si estos esfuerzos están generando los resultados esperados.
Al fin y al cabo, la simple entrega de contenidos no garantiza el aprendizaje, ni garantiza un cambio de comportamiento. El verdadero desafío radica en identificar si las personas están, de hecho, mejor preparadas para reconocer y reaccionar ante las amenazas digitales.
En este contexto, los datos concretos se vuelven esenciales para guiar las decisiones estratégicas.
Indicadores como las tasas de apertura de correos electrónicos, la finalización de la formación y el rendimiento en las simulaciones de phishing ayudan a mapear el nivel de compromiso de las personas y la evolución del conocimiento a lo largo del tiempo.
Estas métricas funcionan como termómetros para comprender el alcance y la efectividad de las acciones, permitiendo ajustes de ruta cuando sea necesario.
Pero es necesario entender que confiar solo en los números puede ser una trampa, porque una alta tasa de participación en la formación, por ejemplo, no significa necesariamente que los empleados estén más concienciados o seguros.
Es necesario interpretar los datos con cuidado, cruzando la información, analizando patrones y buscando evidencias de cambios reales de actitud.
Sin este ojo crítico, se corre el riesgo de continuar con campañas ineficaces, incluso si los informes muestran buenos resultados superficiales.
Por lo tanto, medir es solo el primer paso, el paso más importante está en la capacidad de interpretar los indicadores y actuar en base a ellos.
Esto implica no solo ajustar el contenido y los formatos de las campañas, sino también entender el contexto de la organización, los perfiles de los empleados y los principales riesgos que conlleva.
¿Cómo saber si tu campaña va por buen camino?
Es muy importante que las organizaciones sepan si sus esfuerzos educativos están dando como resultado cambios reales en el comportamiento, y no solo números positivos en los informes.
Para ello, es necesario establecer criterios de éxito claros y tener una visión más amplia del impacto de la campaña a lo largo del tiempo.
Esto se debe a que, muchas veces, una campaña puede presentar buenos resultados iniciales, pero no provocar una transformación consistente en la cultura organizacional.
Del mismo modo, las acciones que parecían no tener un impacto importante pueden mostrar, con el tiempo, efectos significativos de retención de conocimientos y cambio de actitud. Por lo tanto, evaluar la ruta de una campaña requiere:
Continuidad;
Alineamiento con los objetivos estratégicos;
Atención a la experiencia del empleado.
A continuación, te explicamos cómo puedes aplicar estas acciones al ejecutar campañas de concienciación en tu organización.
Evaluación del progreso a lo largo del tiempo
La medición de los resultados en las campañas de concienciación no debe ser un ejercicio puntual, ya que estas tasas ayudan en el seguimiento continuo y permiten identificar patrones de comportamiento y progreso.
Un buen ejemplo es observar la evolución en las simulaciones de phishing, una caída en la tasa de clics a lo largo de tres campañas puede indicar retención de aprendizaje.
La repetición de errores, por otro lado, apunta a la necesidad de reforzar ciertos temas. Además, el progreso debe analizarse de forma segmentada.
Esto se debe a que los resultados generales de la empresa son importantes, pero observar áreas específicas, como puestos de liderazgo o equipos con funciones críticas, puede revelar brechas más relevantes.
De esta manera, al comprender dónde están los mayores riesgos y qué grupos muestran la menor evolución, la organización puede aplicar una formación específica y de mayor impacto.
También es importante hacer un seguimiento del progreso de estas campañas, estos KPIs ayudan a justificar la inversión realizada en las campañas.
Después de todo, cuando se demuestran avances concretos en términos de comportamiento y respuesta a las amenazas, se vuelve más fácil mostrar a la alta dirección que la conciencia es una estrategia de seguridad, y no solo una acción de comunicación.
Cruce de indicadores con objetivos de seguridad y cultura organizacional
De nada sirve medir la participación o las tasas de éxito si estos números no están alineados con los objetivos estratégicos de la organización.
Esto se debe a que la concienciación no debe ser una actividad aislada, sino parte de una estrategia más amplia para construir una cultura de seguridad. Por lo tanto, es fundamental cruzar los indicadores de la campaña con objetivos concretos, tales como:
Reducir los incidentes causados por errores humanos;
Aumentar la capacidad de respuesta a los ataques.
Esta conexión entre datos y objetivos es lo que permite evaluar si la campaña está contribuyendo a la reducción de riesgos reales.
Por ejemplo, si el objetivo es reducir el número de visitas a enlaces maliciosos, la tasa de clics debe supervisarse cuidadosamente.
Pero si el objetivo es fortalecer la cultura de denuncia, el número de empleados que señalan mensajes se convierte en un dato clave.
Además, es importante recordar que la cultura organizacional se construye a largo plazo, por lo que el cambio de comportamiento es gradual y requiere un refuerzo constante.
Por lo tanto, cruzar los indicadores con los objetivos culturales también requiere paciencia y constancia, es necesario establecer hitos de evolución, como una mayor participación voluntaria en la formación o un mayor compromiso en las campañas internas.
Estas acciones ayudan a reconocer los avances incluso cuando aún no son completamente visibles en números fríos.
La importancia del análisis cualitativo y la retroalimentación de los empleados
Los números cuentan parte de la historia, pero la verdadera comprensión de la efectividad de una campaña proviene de la escucha activa.
El análisis cualitativo permite comprender cómo las personas perciben los mensajes, si el contenido es claro, si el formato es apropiado y si existen barreras culturales o técnicas que impidan la participación.
Este tipo de análisis plantea temas que los indicadores cuantitativos no captan, una forma efectiva de obtener esta mirada cualitativa es a través de encuestas, conversaciones, buzones de sugerencias y entrevistas con empleados de diferentes áreas.
Saber cómo interpretaron una campaña, lo que aprendieron y lo que aún genera preguntas les brinda información valiosa para futuros ajustes. Más que medir lo que se hizo, es una forma de entender cómo se recibió y se asimiló la acción.
Además, cuando los empleados perciben que su feedback es tenida en cuenta, se produce un aumento natural del compromiso.
Comienzan a sentirse parte del proceso de construcción de una cultura de seguridad, y no solo como objetivos de capacitación, esta apreciación de la retroalimentación contribuye a campañas más relevantes y humanas con mayor potencial de impacto.
¿Cuál es el papel de PhishX en el uso estratégico de indicadores?
PhishX desempeña un papel esencial en el uso estratégico de indicadores en las campañas de concienciación sobre seguridad digital.
Debido a que nuestro ecosistema integra datos de comportamiento, interacciones con el contenido y respuestas a simulaciones de amenazas, la plataforma ofrece una visión completa y en tiempo real del nivel de madurez digital de la organización.
Más que recopilar datos, PhishX estructura estos indicadores para reflejar los objetivos específicos de cada empresa, ya sea reducir los riesgos humanos, fortalecer la cultura de seguridad o aumentar el compromiso de los empleados.
Con paneles inteligentes e informes personalizados, la plataforma traduce las métricas en información procesable.
Los paneles están diseñados para facilitar la lectura y las referencias cruzadas de la información, lo que permite a los líderes de seguridad y a las áreas de socios identificar rápidamente los cuellos de botella, los grupos de riesgo y las oportunidades de mejora.
Este enfoque convierte el análisis de datos en una etapa estratégica de la campaña, ayudando en la toma de decisiones sobre refuerzos temáticos, nuevos formatos de contenido o acciones más específicas.
Además de la tecnología, el equipo de Customer Success de PhishX ofrece apoyo continuo en la definición y lectura de los indicadores más relevantes para cada realidad.
El equipo trabaja con los clientes para alinear las campañas con los objetivos comerciales y culturales, asegurando que los datos se utilicen de la manera más efectiva.
¿Quieres promover cambios reales de comportamiento, con una mayor percepción de riesgo y una actitud proactiva de los empleados ante las amenazas digitales? Póngase en contacto con nuestros expertos y programe una conversación.

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